Profundos cambios se estaban produciendo después de la batalla de Pavón. El progreso y el orden guiaron la construcción de la Argentina moderna a partir de estos años.
El progreso se relacionaba con las nuevas oportunidades de prosperidad que ofrecían adelantos tecnológicos y crecimiento de los sectores de la economía vinculados al mercado internacional. Para conseguirlo había grandes dificultades ligadas a los factores de la producción de tierra, el trabajo y el capital. El trabajo era muy escaso en un país prácticamente despoblado y resultaba necesario incrementar la mano de obra disponible, generando condiciones atractivas para la llegada de inmigrantes extranjeros. El capital era insuficiente para las grandes inversiones que exigía la época y se hacia necesario importarlo para tender líneas de ferrocarriles que unieran el extenso territorio.
Lo único que parecía abundante era la tierra, pero varias extensiones estaban bajo el control de los indígenas y las fronteras internas habían retrocedido.
Para lograr el progreso era indispensable el orden:
Había que garantizar la propiedad privada y el libre desarrollo de las actividades productivas.
También incluía el reconocimiento de la soberanía a una entidad nacional, el establecimiento de un orden jurídico y legislativo común y el monopolio de la fuerza en manos del estado Nacional.
Todo levantamiento contra el orden establecido seria considerado una rebelión contra el poder superior del estado.
La construcción del estado suponía que pasaran a su monopolio ciertas atribuciones que tenían anteriormente las provincias. El monopolio mas necesario y el mas difícil era lograr el de la fuerza. En 1864 Mitre organizo un ejercito regular y lo distribuyo estratégicamente previniendo posibles rebeldías.
Segunda Guerra Mundial
Hace 14 años
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